sábado, 8 de enero de 2011

Pensamientos varios

- El pasado es una de esas cosas garcas, venenosas, adictivas a las que uno siempre tiene la posibilidad de acercarse y abusar de ella. Si bien la nostalgia y el aprender de errores pasados es algo bueno, no hay que permitir que el pasado sea tu presente, ni que tu presente se condicione por el pasado o el posible futuro, ya que uno no volverá, y el otro no vino todavía (y posiblemente no venga nunca). La realidad del camino a la felicidad se encuentra en el disfrute del día a día, y hacer uso de la experiencia vivida.

- Es una horrible sensación el no tener qué hacer en la vida. El no encontrar el rumbo, el no dar con lo que uno desea de su persona. No se las recomiendo para nada.

- A veces me pregunto si no espero demasiado de la gente. O quizás me hago una idea bastante equivocada de la gente, y cuando me pega la realidad me decepcionan (quizás a propósito, quizás no). Tener una idea de una persona, basada en las cosas que compartieron juntos, lleva a una idealización de esa persona que se parte en pedazos cuando uno abre los ojos. Es bastante triste el darse cuenta que mi vieja mula ya no es lo que era.

- La gente definitivamente no tiene idea de la suerte que tiene. No voy a decir una estupidez como "No saben lo que tienen hasta que lo pierden" (frase de por sí demasiado obvia).Pero quizás deberían ir más seguido por algún pabellón de hospital, o hablar con gente que ha estado/está jodida.

- Siempre me sorprende cómo hace una mujer para darse cuenta de muchísimas cosas absolutamente imposible de descifrar para los hombres, y a la vez no darse cuenta de que, justamente por eso, tiene que hablar y decir lo que siente en el momento. We are not mindreaders, you know.

- No hay nada mejor que cagar en el laburo, siempre y cuando sea un baño pasable, y no uno como si fuera un baño de Constitución.

- Como dato final, acabo de presenciar una tirada de goma de una mina a su novio en la plaza de enfrente de mi oficina. Nos vimos moralmente obligados a gritarle desde la oficina (un quinto piso en la zona céntrica de Buenos Aires) palabras de aliento como "ÍDOLO", "LOCURA INTERGALÁCTICA" y "MAESTRO". El flaco se cagaba de risa, la mina not so much.

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